No es difícil
que al hacer caramelo se nos pase, quedando de esta forma amargo. Pues bien, para
que el caramelo quede en su punto debemos hacer lo siguiente:
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El
azúcar debe ponerse a calentar con un poco de agua.
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Unas
3 cucharadas por cada 100 gr de azúcar.
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A
fuego medio y removiendo de vez en cuando de
forma que se reparta el calor.
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Cuando
empiece a tomar un color dorado, retirar del fuego.
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Estará
listo para utilizarlo en nuestros postres favoritos como los flanes,
bizcochos, pasteles e incluso en algún plato salado.
De todas
forma hay que tener paciencia, yo lo intenté varias veces hasta que le fui
cogiendo el truco.
Eso si, muchísima precaución, el caramelo alcanza gran temperatura y podemos quemarnos fácilmente.