Cada día vemos
más como en los supermercados nos encontramos fruta congelada de casi todas las
variedades. Aquí no vale todo, es decir, existen unos métodos y unas pautas para poder congelar las frutas. El mejor momento, cuando estén aptas para el
consumo, cuando alcancen el estado óptimo de maduración que nos permite consumirlas y
eso sí también es importante que se encuentren en buen estado, que no estén deterioradas.
No es el
caso de pelarlas, trocearlas y congelarlas tal como están, hay que someterlas a un
proceso por el cual se evitará la oxidación que hace que se pongan negras como
sucede con las manzanas y las peras. En otros casos hay que sumergirlos en
azúcar, hervirlas o reducirlas a puré.
¿CÓMO LO HACEMOS?
Generalmente,
lavamos bien la fruta y la secamos. Si se trata de piezas grandes, hay que
pelarlas y cortarlas en trozos. Al guardarlos podemos usar bolsas herméticas de
congelación o recipientes de plástico bien cerrados. Pueden conservarse hasta
12 meses en algunos casos.
PREPARACIÓN PREVIA A LA CONGELACIÓN
PLATANOS:
Reducir a puré o cortar en rodajas y
agregar limón.
MANZANAS:
Quitarles la piel y cortarlas en gajos. Las bañamos en limón. Dura 6 meses
congeladas.
FRUTOS
ROJOS: Arándanos, frambuesas y moras. Se pueden congelar tal cual o bañadas en
azúcar. Primero las congelamos en un
recipiente en el cual estén separadas y
cuando se encuentren duras las
introducimos en bolsas. También se pueden congelar bañadas en almíbar. Dura
unos 12 meses.
FRESAS:
Atención con las fresas, estas no se
deben lavar antes de congelar porque se pierde las esporas. Colocamos en un
papel de plata las fresas con una separación y encima le colocamos otro papel de plata. Cerramos
por los bordes y congelamos así.
Hay que
tener en cuenta que al congelarla, perderá la textura original. Al igual para
tomarla cruda pues no nos agrada, pero es ideal para preparar batidos, pasteles
o ensalada de fruta que requieren que tengan una textura más blanda.
COMO DESCONGELAR
El mejor
método es dejarlas en el refrigerador hasta que estén descongeladas totalmente.
Tardará algún tiempo, pero nos asegura su conservación correcta. Otra forma de acelerar la descongelación será
colocarlas sobre un recipiente lleno de agua y al refrigerador. Eso sí,
cambiaremos el agua cada 3 o 4 horas.